viernes, 13 de agosto de 2010

Relatos de Harmony: Capitulo Dos

¡Hola compañeros!
Aqui teneis el segundo capitulo de Relatos de Harmony

El Ataque del Emo

Después de la gran asamblea, los líderes de ambos bandos, precavidos, comenzaron por empezar a montar las defensas de Metalmania y Rockterra. Los seguidores del Heavy Metal, que no se caracterizaban especialmente por su disposicion defensiva, optaron por no arrimar el hombro en la defensa de su tierra, confiados en que su fuerza bruta y sus cualidades en el cuerpo a cuerpo fueran suficiente defensa como para ganar esta guerra y salir ilesos. Mientras tanto, Eddie Van Halen se preocupó por montar las primeras defensas de Rockterra, mientras tanto los Heavies disfrutaban de su calimocho nocturno.Demasiado confiados, algo que las hordas enemigas no dejaron pasar por alto.
Sucedió así el primer golpe y escaramuza en las guerras musicales, los Emos de Emoland fueron los que dieron el primer paso en esta inminente campaña.
Una pequeña avanzadilla de seguidores del Heavy caminaban en pos de reconocimiento a traves de las famosas tierras de Punkretaña, tierra de los fanáticos del Punk, los cuales, descansaban tras su epoca de manifestacion y protesta frente al sistema, por lo que no les interesaba ni por asomo anunciarse o alzar la voz en el conflicto. La avanzada, que descansaba cerca de un poblado, fue asaltada sin previo aviso por un grupo de Emos que, fatídicamente, contaba con la ayuda de los imperdonables y desgraciadamente famosos miembros de Tokio Hotel, los cuales arremetieron contra los Heavys con una temida melodia: “Running through the moonsoon, beyond the…”.
Ante tal ataque, los indefensos y desarmados seguidores del Heavy Metal, sin apenas tiempo para reorganizar sus filas y prepararlas para el contraataque, no lograron sobrevivir aquella noche, que terminó con decenas de cuerpos ya fueran Emos o Heavies en las tierras de Punkretaña.

Cuando tal suceso llegó a oidos del consejo del Heavy Metal, Rob Halford no esperó ni la aprobación de los altos mandos, montó en su Harley Davison ataviado con su “chupa” de cuero, su famoso sombrero, y con millones de seguidores partió hacia la batalla a gran velocidad, deseoso de vengar a sus compañeros caidos.

Mientras tanto en los dominios de Rockterra, los Rockeros, quienes no habían sufrido aún ni un solo ataque, observaban el Big Roll y contaban el minuto de silencio por la pérdida de sus aliados. Freddie Mercury, cantante de Queen, indignado e impotente por el suceso se alzó ante todos:

-Compañeros, si dejamos solos a nuestros aliados nuestros enemigos veran debilidad en nuestro compromiso, debemos machacar a esos mierdas. ¿quién viene conmigo?

El silencio reinó en las salas en torno al Big Roll, solo se oyó la voz de Eddie Van Halen que proclamó hablando en calidad de representante de sus hermanos:

-Nadie irá a combatir, ellos no se preocuparon por defenderse cuando tuvieron oportunidad y no vamos a ayudarles por ello, que se apañen solos, ellos podrán y si no que no vagueen.

Freddie, cabizbajo pero con una idea clara, se alejó mientras miraba con cara desafiante a Eddie.

Durante 6 días, 6 horas diarias y cada dia con 6 veces más soldados Heavies, Rob Halford y su séquito se dirigió en pos de venganza, hacia la tierra de los Emos : Emoland, el lugar mas deprimente y lúgubre de Harmony, allí vengaría a sus camaradas y pondría fin a la deprimente vida de esos pobres desgraciados, las horas de viaje pasaron rapidas para Halford, que deseaba mas que nada en el mundo detrozar la cabeza de Bill Kaulitz o cualquier miembro de aquel deprimente grupo al que comunmente en Metalmania denominaban: Tokio Hostal.

Tras la gran travesía, Halford levantó su pelada cabeza para mirar lo que tenia frente a el, ante su ejercito se alzaban las puerdas de Emoland, basada simplemente en una despampanante guillotina del tamaño de un rascacielos donde podía morir quien quisiera. Halford, paró sus fuertes motores, se levantó de su feroz montura y amenazó:

-¡¡Emos asquerosos!!, dejar vuestras cuchillas.¡¡HOY NO OS VAN A HACER FALTA!!

Ante aquella corta pero potente amenaza, un gran número de Emos cantando a coro : “When I was a Young boy, my father take me into the city, to see a marching band…”, salieron de la ciudadela con millones de armas , entre las cuales se hallaban: cuchillas para cortarse las venas, veneno para suicidarse, bombas de humo … a resumidas cuentas, armas que solo un Emo podría tener.


Ante esto los Heavies, encabritaron sus motos, alzaron sus hachas, espadas y martillos y dieron su grito de guerra mientras que Halford prometía:

-¡¡Puede que sean un número mayor al nuestro, pero no nos podrán vencer, armaos con el POWER OF PAINKILLER!!

Como si de una invocación se tratara, la gran batería de ese tema empezó a acompañar la acometida de Halford y su ejercito , siendo la banda sonora de la batalla.

De entre la escoria Emo, emergió Bill Kaullitz, cantante de Tokio Hotel, el cual pudo subir a una empinada roca para dirigir a sus congéneres, sus piernas raquiticas flaqueaban ya por el sumo esfuerzo fisico realizado para subir a aquel emplazamiento, y gritó en su cima, a duras penas:

-¡Vamos chicos, no os dejeis intimidar demostrarles que somos mas hombres que ellos, y dejarme al calvo, que le voy a reventar su pelado trasero!

Ante tal infamia, Halford enfureció:

-¡¡HIJO DE PUTA!! ¡¡No dejare que un mitad hombre mitad mujer me toque, jamás!!

Ambos bandos chocaron, la batalla se tornaba dura.
Pasaron las horas y la victoria parecía decantarse para el lado del Emo, Halford no habia sufrido apenas heridas y el ímpetu del que hacia gala le permitia rebanar cabeza tras cabeza de sus enemigos, pero la superioridad númerica a la que se veian presionados era una desventaja mas que evidente, los Emos atacaban con una furia inusual en ellos, sus intenciones eran claras. Muchos Heavies cayeron aquella tarde, cuando todo parecia perdido, surgió una voz a lo lejos, un grito de esperanza, proveníente de un trono enorme, en cuyos pies se encontraba un conjunto de Rockeros preparados para el combate

-¡¡Empezando sin mí!!- gritó Freddie junto a los demás integrantes del grupo de Queen que se encontraban en lo alto de aquel trono – “¡¡¡¡SHOW MUST GO ON!!!”.

Ante aquella ayuda y bajo el bravió himno rockero, los heavies recuperaron la posicion y arremetieron con todas sus energias, empezando asi las guerras contra los Emo.

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