Tras el Crepúsculo

Sus desnudos pies notaban la humedad de la arena que estos pisaban mientras caminaba bajo los arboles ensombrecidos por la oscura tarde.

Su cuerpo temblaba bajo sus claros, ajados y verdosos ropajes, que tenía desde
que su memoria recordaba.

Miraba en rededor con sus afilados y grandes ojos azules, camuflados por su corta melena dorada, la tarde era distinta a lo habitual, más parecida a un anochecer que a la media tarde. El apuesto joven dejó de caminar, girando sobre si mismo contempló como la luz de la tarde se fusionaba con las siniestras sombran que surgían de cada rincón, el joven sintió un escalofrío, que provocó que se abrazara a sí mismo...

Prosiguió su camino, cuando de pronto se pudo escuchar en las cercanias de la arboleda, una aguda, pícara y juguetona voz, proveniente de cada punto cardinal. El muchacho sobresaltado buscó a su interlocutora con la mirada:

-¿Te preguntas que ocurre?¿Donde estas?...Ji, ji, ji.

Provocadora, hizo que el joven apretara los dientes furioso, y caminó presuroso hacía delante, lugar donde se dejó de escuchar completamente la voz.

El joven apenas notó los cambios que se producían en el a medida que avanzaba a traves de la crepuscular arboleda...poco a poco se fue encorvando mientras que de su piel emergía un pelaje oscuro, duro y espeso, blanco en las extremidades y oscuro corporalmente. Sus ropas poco a poco se iban desvaneciendo a medida que el muchacho encogía y adoptaba una animal posición. Su melena rubia cambió de color al mismo que el de su nuevo pelaje, creciendole a medida que su nueva piel cubría cada rincón de su cuerpo.

Ya como cuadrúpedo, siguió caminando casi a ras del suelo. Unas poderosas mandibulas surgieron de su antes pequeña boca, afiladas y agresivas, mientras que su afilada nariz fue sustituida por un largo y oscuro hocico. Sin aún percatarse de su animal transformacion, siguió caminando buscando a la pizpireta y provocativa voz, la cual no tardó en encontrar...

De pronto en su espalda notó como caía un pequeño peso, el cual hizo que girara la cabeza rapidamente, pudiendo observar así a un pequeño ser de ojos afilados, sonrisa pícara, y piel oscura con una extraña corona ornamentada y hueca que dejaba pasar una anaranjada melena que acababa en moño, giró sobre si mismo intentando agarrar a la invasora, que le cabalgaba como si de un caballo se tratase, fue entonces cuando el joven se percató de su nuevo aspecto. Se miró de arriba abajo, asustado miró al pequeño ser que se le acercó a sus grandes orejas susurrando:

-Bienvenido al ocaso...ji, ji, ji.

Cruzaron miradas, el pequeño ser se asustó al ver la fiera mirada del muchacho.

-Tranquilo muchacho, te ayudaré a salir de aquí...pero antes tienes que hacer algo por mí.



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