martes, 12 de octubre de 2010

Pureza maldita

Suelo decir que estoy hecho a pruebas de bombas, el tiempo y tanto ataque han hecho que asi lo sea, aun así, un ataque directo e interno siempre duele.

Pensaba que no volvería a sentirme así en mucho tiempo, y maldije al volver
a sentir mis entrañas a punto de explotar.
Cual aguja atravesando la mas infima parte de piel, produciendo un agudo dolor, que provoca un deseo irremediable de destrozar el suelo de un puñetazo o de llegar a un punto donde el dolor producido no fuera tan insoportable.

Aún así, y mientras el interior se desmorona, la cara de indeferencia y normalidad no se desvaneció durante la estancia. Sin embargo, en la soledad, el dolor rompe las paredes del estomago queriendo calcinar cual infierno el interior, donde, en teoría, existe lo más puro de cada ser...

Que ironia que lo mas puro pueda ser lo mas putrido segun quien lo posea.

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