miércoles, 26 de mayo de 2010

Lumine

La orilla del mar acaricia mis pies, mientras el sol rezuma todo su esplendor
en los infinitos horizontes, que resplandecen asemejando una sonrisa.
Mis ojos cerrados descansan tranquilos, siguiendo abstractos el romper de las olas en la arena mojada.

Había hallado el descanso, no sabía aún si eterno o no, pero mi cuerpo yacía inmovil, mientras refulgía en mi interior un sentimiento.
Desconocido, nuevo, luminoso, alegre, feliz, vigoroso, fulgente...me hacía sonreir.

Y parece ser que una vez encontrada la plenitud, no quería alejarme de ella, pero a mi pesar sabía que los horizontes acabarían y que la tormenta llegaría de nuevo, aún así...mantendre este calor en mi interior, hasta que no pueda agarrarlo mas y se desvanezca, y algo se, desfalleceré en el intento de retenerlo, pero no huirá sin que intente impedirlo.

Lumine...

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