miércoles, 14 de octubre de 2009

Vampiro

Cambiando un poco la estetica del Blog, hoy traigo un texto oscuro en Primera persona. Aunque realmente no me guste escribir en primera, he de reconocer que al menos me ha salido aceptable.

Espero que os guste.


La noche caia frente a mi, no sabia donde me dirigía o si acaso me acercaba a una muerte segura. No sabia porque corría, me seguían, me miraban, me vigilaban solo sabía eso. Corrí hasta bien entrada la noche. No podía comprender el motivo de estas energias que me recorrian las venas y hacia que mis musculos fueran el triple de resistentes a lo que eran antes.


Me apoye en mis rodillas, ligeramente descubiertas por unos arañazos que me habia echo con anterioridad en plena llanura con unos matorrales. Descansé un poco sofocado, y me percaté de que la luna ya no era la unica compañera que tenia...ya que ya no estaba en la solitaria llanura, sino en un frondoso bosque, aunque clareado por el intenso brillo lunar.


No vi a nadie cerca, en que demonios estaria pensando...¿quién habria cerca en un lugar tan alejado de la ciudad?. Caminé un poco con el fin solo de calmar esa incomprensible curiosidad que me embargaba. Durante unos minutos recorrí el bosque con la mirada curiosa, observando la cantidad de ojos claros que me vigilaban...buhos, felinos o posiblemente lobos, lo mas extraño es que no sentia temor de estos siniestros acompañantes. De pronto quedé paralizado.¿Qué demonios era eso?. Un objeto largo, rojo, ondulante y sensual, la paralisis se quebró cuándo el objeto desapareció entre los arboles, al cual empecé a seguir desesperadamente.


No tardé en descubrir que era...era el largo pelo rojo de una silueta que acababa de entrar en una lúgubre mansion. No pensé en otra cosa que agarrar mi desgastado cuchillo de caza y en entrar en aquella horrible mansion con las ventanas rotas por las enredaderas de mayor tamaño que una res.


Abrí la chirriosa puerta llena de telas de araña. El interior de la casa no diferia mucho del aspecto interior, un recibidor con una gran escalera de caracol y un salón a su derecha, no me paré a ver lo que habia en la habitación y subí como alma que lleva el diablo por la escalera haciendo ruido si, pero subiendo al fin y al cabo.


La escalera daba a una sola puerta entreabierta, en ese momento me percaté de lo que estaba haciendo. Tragué saliva y mire a la estancia solamente iluminada por la luz de la luna, me froté el pelo largo, que ya caía por mi espalda hasta más allá del cuello. Tenía mucho calor, posiblemente de la anterior carrera. Me quité la andrajosa chaqueta de cuero y quede solo con mi vieja camisa rota. Alcancé una antorcha que se hallaba a mi derecha, solamente por si lo que habia visto era solo un fantasma y debia de cubrirme con algo, aunque realmente no sirviera de mucho. Sin pensarmelo dos veces, abrí la puerta que me llevó a una habitacion totalmente destruida, tablones del suelo abiertos, no había ventanas solo un cuadrado enorme. Una de las enredaderas alzaba algo parecido a una cama, hecha de madera musgosa y destrozada. El colchon con multiples arañazos y las sabanas rotas.


Allí no habia nadie...suspiré aliviado, pero de pronto noté como algo me rodeaba la cintura y me acariciaba el cuello ligeramente. El contacto era frío y sensual, lo que me hizo soltar mis armas. No me importó...lo que me agarraba tan sensualmente se presentó frente a mi. Lo primero que pude ver fueron unos ojos afilados del color de la sangre y un rostro fino y palido que me susurraba:
-No temas, estas a salvo.
El cabello le caía por la cara...rojo al igual que sus ojos. Persona o demonio me deje llevar por su pequeña mano hacia la cama donde con sus carnosos labios me dió un largo beso. Mis ojos se petrificaron, nunca nadie me había besado así, me sonrió picaramente y dejó que se vieran unos perfectos dientes blancos lunares con unos afilados colmillos que poco a poco parecian mas largos. La agarré de la cintura y ella se acercó lentamente hacia mi, se acercó a mi cuello. Agarré con fuerza su túnica negra y cerré los ojos...eternamente.

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