sábado, 24 de octubre de 2009

Hail Arturo Perez Reverte!!

¡Hola Amigos!


Esta vez os entretengo un poco sobre mi adorada música, pero esta vez no soy yo quien ha de hablaros sobre el Metal, sino todo un escritor, que nos defiende mostrando unos argumentos irrebatibles, este artículo es de hace tiempo sin duda pero sigue impactando en su lectura. Y ahora solo he de decir, disfrutad del artículo: HAIL ARTURO!!!.




No soy muy aficionado a la música, excepto cuando una canción –copla, tango, bolero, corrido, cierta clase de jazz– cuenta historias. Tampoco me enganchó nunca la música metal. Me refiero a la que llamamos heavy o jevi aunque no siempre lo sea, pues ésta, que fue origen de aquélla, es hoy un subestilo más. Siempre recelé de los decibelios a tope, las guitarras atronadoras y las voces que exigen esfuerzo para enterarse de qué van. Las bases rítmicas, el intríngulis de los bajos y las cuerdas metaleros, escapan a mi oído poco selectivo. Salvo algunas excepciones, tales composiciones y letras me parecieron siempre ruido marginal y ganas de dar por saco, con toda esa parafernalia porculizante de Satán, churris, motos y puta sociedad. Incluidas, cuando se metían en jardines ideológicos, demagogia de extrema izquierda y subnormalidad profunda de extrema derecha. Etcétera.

Sin embargo, una cosa diré en mi descargo. De toda la vida me cayeron mejor esos cenutrios largando escupitajos sobre todo cristo que los triunfitos relamidos, clónicos y saltarines, tan rubios, morenos, rizados y relucientes ellos, tan chochidesnatadas ellas, con sus megapijerías, sus exclusivas de tomate y papel cuché, y toda esa chorrez envasada en plástico y al vacío.
Al menos, concluí siempre, los metaleros tienen rabia y tienen huevos, y aunque a veces tengan la pinza suelta y hecha un carajal, éste suele ser de cosas, ideas, fe o cólera que les dan la brasa y los remueven, y no de cuántas plazas será el garaje de la casa que comprarán en Miami cuando triunfen y puedan decir vacuas gilipolleces en la tele como Ricky, como Paulina, como Enrique.

Pero de lo que quiero hablarles hoy es de música metal. Ocurre que en los últimos tiempos –a la vejez, viruelas– he descubierto, con sorpresa, cosas interesantes al respecto. Entre otras, que esa música se divide en innumerables parcelas donde hay de todo: absurda bazofia analfabeta y composiciones dignas de estudio y de respeto. Aunque parezca extraño y contradictorio, la palabra cultura no es ajena a una parte de ese mundo. Si uno acerca la oreja entre la maraña de voces confusas y guitarras atronadoras, a veces se tropieza con letras que abundan en referencias literarias, históricas, mitológicas y cinematográficas.
Confieso que acabo de descubrir, asombrado, entre ese caos al que llamamos música metal, a grupos que han visto buen cine y leído buenos libros con pasión desaforada. Ha sido un ejercicio apasionante rastrear, entre estruendo de decibelios y voces a menudo desgarradas y confusas, historias que van de las Térmópilas a Sarajevo o Bagdad, incluyendo las Cruzadas, la conquista de América o Lepanto. Como es el caso, verbigracia, de Iron Maiden y su Alexander the Great.
La mitología –Virgin Steele, por ejemplo, y su incursión en el mundo griego y precristiano– es otro punto fuerte metalero: Mesopotamia, Egipto, La Ilíada y La Odisea, el mundo romano o el ciclo artúrico. Ahí, los grupos escandinavos y anglosajones que cantan en inglés copan la vanguardia desde hace tiempo; pero es de justicia reconocer una sólida aportación española, con grupos que manejan eficazmente la fértil mitología de su tierra: Asturias, País Vasco, Cataluña o Galicia. Tampoco el cine es ajeno al asunto; las películas épicas, de terror o de ciencia ficción, La guerra de las galaxias, Blade Runner, Dune, las antiguas cintas de serie B, afloran por todas partes en las letras metaleras. Lo mismo ocurre con la literatura, desde El Señor de los Anillos hasta La Isla del Tesoro o El Cantar del Cid.
Todo es posible, al cabo, en una música donde el Grupo Magma canta en el idioma oficial del planeta Kobaia –que sólo ellos entienden, los jodíos– mientras otros lo hacen en las lenguas de la Tierra Media. Donde Mago de Oz alude –La Cruz de Santiago– al capitán Alatriste y Avalanch a Don Pelayo. Donde los segovianos de Lujuria lo mismo ironizan sobre la hipocresía de la Iglesia católica en cuestiones sexuales que largan letras porno sobre Mozart y Salieri o relatan, épicos, la revuelta comunera de Castilla.
Y es que no se trata sólo de estrambóticos macarras, de rapados marginales y suburbanos, de pavas que cantan ópera chunga con corsé gótico y casco de walkiria. Ahora sé –lamento no haberlo sabido antes– que la música metal es también un mundo rico y fascinante, camino inesperado por el que muchos jóvenes españoles se arriman hoy a la cultura que tanto imbécil oficial les niega. El grupo riojano Tierra Santa es un ejemplo obvio: su balada sobre el poema La Canción del Pirata consiguió lo que treinta años de reformas presuntamente educativas no han conseguido en este país de ministros basura. Que, en sus conciertos, miles de jóvenes reciten a voz en grito a Espronceda, sin saltarse una coma.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Vampiro

Cambiando un poco la estetica del Blog, hoy traigo un texto oscuro en Primera persona. Aunque realmente no me guste escribir en primera, he de reconocer que al menos me ha salido aceptable.

Espero que os guste.


La noche caia frente a mi, no sabia donde me dirigía o si acaso me acercaba a una muerte segura. No sabia porque corría, me seguían, me miraban, me vigilaban solo sabía eso. Corrí hasta bien entrada la noche. No podía comprender el motivo de estas energias que me recorrian las venas y hacia que mis musculos fueran el triple de resistentes a lo que eran antes.


Me apoye en mis rodillas, ligeramente descubiertas por unos arañazos que me habia echo con anterioridad en plena llanura con unos matorrales. Descansé un poco sofocado, y me percaté de que la luna ya no era la unica compañera que tenia...ya que ya no estaba en la solitaria llanura, sino en un frondoso bosque, aunque clareado por el intenso brillo lunar.


No vi a nadie cerca, en que demonios estaria pensando...¿quién habria cerca en un lugar tan alejado de la ciudad?. Caminé un poco con el fin solo de calmar esa incomprensible curiosidad que me embargaba. Durante unos minutos recorrí el bosque con la mirada curiosa, observando la cantidad de ojos claros que me vigilaban...buhos, felinos o posiblemente lobos, lo mas extraño es que no sentia temor de estos siniestros acompañantes. De pronto quedé paralizado.¿Qué demonios era eso?. Un objeto largo, rojo, ondulante y sensual, la paralisis se quebró cuándo el objeto desapareció entre los arboles, al cual empecé a seguir desesperadamente.


No tardé en descubrir que era...era el largo pelo rojo de una silueta que acababa de entrar en una lúgubre mansion. No pensé en otra cosa que agarrar mi desgastado cuchillo de caza y en entrar en aquella horrible mansion con las ventanas rotas por las enredaderas de mayor tamaño que una res.


Abrí la chirriosa puerta llena de telas de araña. El interior de la casa no diferia mucho del aspecto interior, un recibidor con una gran escalera de caracol y un salón a su derecha, no me paré a ver lo que habia en la habitación y subí como alma que lleva el diablo por la escalera haciendo ruido si, pero subiendo al fin y al cabo.


La escalera daba a una sola puerta entreabierta, en ese momento me percaté de lo que estaba haciendo. Tragué saliva y mire a la estancia solamente iluminada por la luz de la luna, me froté el pelo largo, que ya caía por mi espalda hasta más allá del cuello. Tenía mucho calor, posiblemente de la anterior carrera. Me quité la andrajosa chaqueta de cuero y quede solo con mi vieja camisa rota. Alcancé una antorcha que se hallaba a mi derecha, solamente por si lo que habia visto era solo un fantasma y debia de cubrirme con algo, aunque realmente no sirviera de mucho. Sin pensarmelo dos veces, abrí la puerta que me llevó a una habitacion totalmente destruida, tablones del suelo abiertos, no había ventanas solo un cuadrado enorme. Una de las enredaderas alzaba algo parecido a una cama, hecha de madera musgosa y destrozada. El colchon con multiples arañazos y las sabanas rotas.


Allí no habia nadie...suspiré aliviado, pero de pronto noté como algo me rodeaba la cintura y me acariciaba el cuello ligeramente. El contacto era frío y sensual, lo que me hizo soltar mis armas. No me importó...lo que me agarraba tan sensualmente se presentó frente a mi. Lo primero que pude ver fueron unos ojos afilados del color de la sangre y un rostro fino y palido que me susurraba:
-No temas, estas a salvo.
El cabello le caía por la cara...rojo al igual que sus ojos. Persona o demonio me deje llevar por su pequeña mano hacia la cama donde con sus carnosos labios me dió un largo beso. Mis ojos se petrificaron, nunca nadie me había besado así, me sonrió picaramente y dejó que se vieran unos perfectos dientes blancos lunares con unos afilados colmillos que poco a poco parecian mas largos. La agarré de la cintura y ella se acercó lentamente hacia mi, se acercó a mi cuello. Agarré con fuerza su túnica negra y cerré los ojos...eternamente.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Castigo Divino-Homenaje a Nietzsche


...Desde lejos los oigo cantar, oigo a los ángeles cantar canciones inocentes. Cantan a pesar de que las cosas aun no se han resuelto, me obzeco en que lo que no veo no existe, pero he de admitir que sus voces son maravillosas a pesar de que sean un fantasma...


...Me avergüenzo de mi mismo, no puedo creer que vivamos por y para lo que ocurre aqui, en este mismo instante...


...A traves de los valles grises, a traves de la tierra informe, camino y me marcho solo...
PD:Traducciones libres de la cancion Punishment Divine de Blind Guardian, relatando la vida de este gran Filosofo.